sábado, 22 de agosto de 2009

Honor a quien honor merece


Todo tiene su edad y hay una bacinilla para cada etapa.

Yo me digo que hay cosas que forman el carácter de un pueblo; en este caso en particular me gustaría rendirle tributo a un instrumento indispensable en la niñez dominicana, una tradición que debe perpetuarse: la bacinilla.

Una companiera sin igual señores, cuanta nostalgia. Solo rememorar aquellas noches de apuro en que con solo bajarte de la cama y echar el brazo debajo de ella se complacían todas tus necesidades. Si así de fácil, no importaba donde las pusieras ni que tan oscuro estuviese ella siempre sentía tu angustia y aparecía al rescate de tu vejiga.

La mía era rosada, un rosado pálido para traseritos menores-porque esto es como nuestro primer documento de identidad, a uste' lo declaran le dan su acta y su bacinilla…-. Pero ahora llego al clímax de este asunto, queridos conciudadanos. ¿Donde ha quedado este práctico y legendario mecanismo?

Donde se encuentran ahora aquellas bacinillas que llenaron (o mejor dicho llenamos) en nuestras noches. Donde ha ido a parar nuestra colorida tradición ¿porque ahora nos empecinamos en negar nuestras raíces y nos empeñamos en montarnos a toda hora en el trono cuales reyes? Y no es por subestimar el sillón de porcelana eh, la cosa es que sepan las propiedades celestiales de este instrumento sometido a la clandestinidad.

La bacinilla es como un cuerpo especial de la policía, trabaja de noche y de incógnito y esta en nuestras manos su debida reintegracion a la sociedad. Esta en nuestras manos jóvenes el ir a Sederias o la Gran vía; tomar una bacinilla de su size y decir: Yo ante cualquier apuro he de ser dominicano!

1 comentario:

  1. Mi hermana la mia era Azul oscura arriba y clara abajo imagino k los desechos la destiñeron.... pero si deberian declarar la bacinilla como animal en peligro de extincion!!!

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